¿Te imaginas despertar un día con la sensación de que NADA de lo que te rodea —tu rutina, tus anhelos, incluso ese proyecto por el que tanto has trabajado— te pertenece realmente?
A mí me ha pasado (y no pocas veces), y cuando me ha ocurrido, inevitablemente, me lo he cuestionado todo…
Y es curioso, porque cada vez que me he visto en esa situación, se me ha venido a la cabeza “La Metamorfosis” de Kafka, sí esa historia de la cucaracha. Sé que suena un poco extremo, pero me hace reflexionar acerca de cómo afrontamos los cambios repentinos en la vida y sobre la verdadera autenticidad de lo que hacemos y cuánto nos identificamos realmente con ello.
Por si no la conoces, esta novela corta narra la historia de Gregorio Samsa, un vendedor viajero e hijo ejemplar que despierta una mañana en su cama convertido en un insecto enorme—posiblemente una cucaracha. Una situación horrorosa para él, pero más aún para su familia dependiente de su labor y abnegación. Es una historia de shock, marcada por la incomprensión, la ingratitud y la soledad… A través de ella, Kafka nos muestra no solo el desconcierto del protagonista, sino también la postergación progresiva e imperceptible del mismo ante su entorno…
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Y mientras le daba vueltas a este embrollo mental, me di cuenta de esos momentos en que, como emprendedores y/o profesionales, descubrimos súbitamente que estamos recorriendo un camino que otros trazaron para nosotros y no el que realmente queríamos. Es como si, de un día para otro, el negocio, nuestros proyectos e incluso nuestras propias motivaciones cambiaran tanto que ya no reconocemos aquello que antes nos impulsaba.
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A partir de esto y de releer esta historia que combina magistralmente el drama con el thriller psicológico, extraje algunas reflexiones que podrían resonar en ti y que, ojalá, te sirvan al menos un poco, tal como lo han hecho conmigo:
1.- No escondas la basura bajo la alfombra…
La primera es que fingir que nada ha cambiado o que nada pasa solo retrasa lo inevitable. Si ignoramos el hecho de que nuestras metas dejaron de entusiasmarnos o de que nos hemos volcado al servicio de otros sin dejar espacio para lo que nos mueve, corremos el riesgo de cansarnos y colapsar. Reconocer a tiempo que nos hemos apartado de nuestros verdaderos anhelos nos permite buscar ajustes antes de que la insatisfacción sea demasiado grande.
2.- Habla con personas fuera de tu entorno que conozcan tus intereses…
Lo otro que noté es lo importante que resulta hablar de lo que sientes o intuyes con las personas adecuadas. En el relato de Kafka, la incomunicación y el encierro agravan aún más la situación del protagonista. Lo mismo nos pasa a nosotros si preferimos guardar silencio cuando ya no disfrutamos de lo que hacemos. Compartir dudas o cambios de perspectiva con colegas, amigos o mentores puede hacer la diferencia entre estancarte o encontrar un nuevo rumbo que realmente te motive.
3.- Si te da miedo, hazlo con miedo…
Por último, no tomes cada sacudón como una sentencia. A veces descubrimos que hemos estado viviendo más para complacer a los demás que para honrar nuestras propias aspiraciones. Y aunque al principio dé miedo reconocerlo, esa sacudida puede impulsarte a reconfigurar tu proyecto, tu estilo de vida o la manera en que te relacionas con tu equipo y clientes. Es un recordatorio de que, si algo ya no vibra contigo, tal vez sea el momento de reorientarlo hacia lo que de verdad te llena (e ir por ello).
“La metamorfosis” de Franz Kafka es un texto breve, pero intenso, que te hará preguntarte en qué momento dejaste de escuchar tu propia voz. Una obra literaria que, sin duda, puede aplicarse de forma práctica a nuestra vida profesional y empresarial.
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Un abrazo,
Ignacio Monje
Emprendedor Digital
